martes, 19 de agosto de 2008

Con amigos como estos...

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Facebook
tiene 59 millones de usuarios - y 2 millones se unene cada semana. Pero no pueden atrapar a Tom Hodgkinson entregando voluntariamente su información personal - no ahora que conoce la política detrás de este sitio de redes sociales.
Tom Hodgkinson, The Guardian

The Independent Guide to Facebook

http://www.guardian.co.uk/technology/2008/jan/14/facebook

Desprecio a Facebook. Este enorme y exitoso negocio americano se describe a sí mismo como "una utilidad social que te conecta con la gente que te rodea". Pero me resisto. ¿Por qué, Dios, necesitaría un computador para conectarme con la gente a mi alrededor? ¿Por qué debería mediar en mis relaciones la imaginación de una pandilla de supergeeks en California? ¿Qué tienen de malo los pub?

¿Y Facebook realmente conecta a la gente? ¿No está más bien desconectándonos, ya que en lugar de hacer algo agradable, como charlar y comer y bailar y beber con mis amigos, estoy enviándoles pequeñas notas sin gramática y fotos divertidas en el ciberespacio, mientras estoy encadenado a mi escritorio? Un amigo mío me dijo hace poco que había pasado una noche de sábado solo en casa, en Facebook, bebiendo en su escritorio. ¡Qué triste imagen!. Lejos de conectarnos, Facebook nos aisla en nuestros computadores.

Facebook apela también a una especie de vanidad y engreimiento en nosotros. Si publico una halagadora fotografía de mí mismo con una lista de mis cosas favoritas, puedo construir una representación artificial de quién soy a fin de obtener aprobación o sexo. ( "Me gusta Facebook", dijo otro amigo. "¡conseguí echar un polvo!") También alienta una competitividad inquietante en torno a la amistad: parece que, con los amigos, hoy en día la calidad no cuenta para nada y la cantidad es la reina. Mientras más amigos tengas, mejor eres. Eres "popular", en el sentido tan querido por las High Schools estadounidenses. Testigo de esto es la portada en la nueva revista Facebook de Dennis Publishing: "Cómo Duplicar tu lista de amigos."

Parece, sin embargo, que estoy muy solo en mi hostilidad. Al momento de redactar esto, Facebook dice tener 59 millones de usuarios activos, entre ellos 7 millones en el Reino Unido, el tercer mayor cliente de Facebook después de EE.UU. y Canadá. Eso es: 59 millones de bobos, que han ofrecido voluntariamente el número de sus carnet de identidad y sus preferencias de consumo a una empresa americana de la que no saben nada. En la actualidad, 2 millones personas se inscriben cada semana. Al ritmo actual de crecimiento, Facebook tendrá más de 200 millones de usuarios activos en esta época del año que viene. Y predigo que, en todo caso, su tasa de crecimiento se acelerará en los próximos meses. Como dice su portavoz Chris Hughes: "le es inherente extenderse a donde sea difícil deshacerse de él"

Todo lo dicho sería suficiente para hacerme rechazar Facebook para siempre. Pero hay más razones para detestarlo. Muchas más.

Facebook screen grab

Facebook es un proyecto bien financiado, y la gente que lo financia, un grupo de capitalistas de riesgo de Silicon Valley, tiene una ideología clara y definida que reflejan en su portal y anhelan extender por el mundo. Facebook es una manifestación de esta ideología. Como PayPal antes de él, es un experimento social, expresión de un tipo particular de liberalismo neoconservador. En Facebook eres libre de hacer lo que quieras mientras no te importe que te bombardeen con anuncios de las mayores marcas del mundo. Como con PayPal, las fronteras nacionales son cosa del pasado.

Aunque el proyecto fue concebido inicialmente por la estrella mediática Mark Zuckerberg, el verdadero rostro tras Facebook es el capitalista de riesgo y filósofo futurista de Silicon Valley, Peter Thiel. Sólo tres miembros integran el consejo de Facebook, y son Thiel, Zuckerberg y un tercer inversionista llamado Jim Breyer de una firma de capital de riesgo llamada Accel Partners (más sobre él, luego). Thiel invirtió 500.000 dólares en Facebook cuando los estudiantes de Harvard Zuckerberg, Chris Hughes y Dustin Moskowitz fueron a verlo en San Francisco en junio de 2004, poco después de lanzar el sitio. Se dice que Thiel ahora posee un 7% de Facebook, que según la actual valoración de 15.000 millones de dólares, serían más de 1.000 millones. Hay mucho debate sobre quiénes fueron exactamente los fundadores originales de Facebook, pero, quienesquieran que fueran, Zuckerberg es el único que permanece en la dirección, aunque Hughes y Moskowitz sigan trabajando para la compañía

Thiel es generalmente considerado en Silicon Valley y en la escena del capital de riesgo de EE.UU. como un genio liberal. Es cofundador y presidente del sistema bancario virtual PayPal, que vendió a EBay por 1.500 millones de dólares, embolsándose personalmente 55 millones. También dirige un fondo de riesgo de 3.000 millones de dólares llamado Clarium Capital Management y un fondo de capital de riesgo llamado Founders Fund. La revista Bloomberg Markets lo llamó recientemente “uno de los gerentes de fondos de riesgo más exitosos del país.” Ha ganado dinero apostando al aumento de los precios del petróleo y prediciendo correctamente que el dólar se debilitaría. Él y sus amigos absurdamente ricos de Silicon Valley han sido calificados recientemente de “la mafia de Paypal” por la revista Fortune, cuyo periodista también señaló que Thiel tiene un asistente uniformado y un supercoche McLaren de 500.000 dólares. Thiel es también un maestro ajedrecista intensamente competitivo. Es conocido por arrojar las piezas con furia, cuando pierde. Y no pide disculpas por esta hipercompetitividad, pues dice: “Muéstreme un buen perdedor y yo le mostraré un perdedor”.

Pero Thiel es más que un capitalista astuto y avaricioso. Es un filósofo futurista y un activista neoconservador. Graduado en filosofía de Stanford, es coautor en 1998 de un libro llamado “El mito de la Diversidad,”, todo un detallado ataque al progresismo y la ideología multicultural que dominaba en Stanford. Afirmó que la “multicultura” suponía una disminución de las libertades individuales. Mientras era estudiante en Stanford, Thiel fundó una revista derechista, que sigue existiendo, llamada The Stanford Review - cuyo lema era Fiat Lux (Hágase la Luz). Es también miembro de TheVanguard.Org, un grupo de presión neoconservador que opera en Internet y que fue establecido para atacar a MoveOn.org, un grupo de presión progresista que trabaja en la web. Thiel se califica de “muy liberal”, en la expresión económica del término.

TheVanguard está dirigido por Rod D Martin, un filósofo-capitalista a quien Thiel admira considerablemente. En el sitio, Thiel dice: "Rod es una de las mentes líderes de la nación en la creación de nuevas y necesarias ideas para la política pública. Posee una mejor comprensión de América que la que la mayoría de los ejecutivos tiene de sus propios negocios."

Esta pequeña muestra de su sitio web les dará una idea de su visión del mundo: "TheVanguard.Org es una comunidad en línea de estadounidenses que creen en valores conservadores, el libre mercado y el gobierno limitado como el mejor medio de llevar esperanza y cada vez más oportunidad a todos, especialmente a los más pobres entre nosotros." Su objetivo es promover políticas "que rediseñarán a EE.UU. y al globo.” The Vanguard describe sus políticas como “Reaganista/Thatcherista”. El mensaje de su presidente dice: “Hoy enseñaremos a MoveOn (un sitio progresista), Hillary y a los medios de izquierda algunas lecciones que nunca se imaginaron.”

Así, la política de Thiel no está en duda. ¿Y sobre su filosofía? Oí un podcast que dio Thiel sobre sus ideas para el futuro. Su filosofía, brevemente, es ésta: desde el siglo XVII, determinados pensadores iluminados han estado llevando al mundo fuera de los límites de la anticuada vida natural ―ahí cita la famosa caracterización de Thomas Hobbes de la vida como “desagradable, brutal y corta”― hacia un nuevo mundo virtual en el que hemos conquistado la naturaleza. El valor existe ahora en cosas imaginarias. Thiel dice que PayPal fue motivado por esta creencia: que puedes encontrar valor, no en objetos reales manufacturados, sino en las relaciones entre seres humanos. PayPal era una manera de mover dinero alrededor del planeta sin restricción alguna. Bloomberg Markets lo expresa así: “para Thiel, PayPal era sobre todo libertad: permitía a la gente eludir los controles actuales y mover dinero alrededor del globo”.

Claramente, Facebook es otro experimento supercapitalista: ¿puede ganarse dinero con la amistad? ¿pueden crearse comunidades libres de fronteras nacionales y luego venderles Coca-Cola? Facebook es profundamente contrario a la creatividad. No la fomenta en absoluto. Simplemente media en relaciones que ocurrirían de todas maneras.

Coca-Cola

El mentor filosófico de Thiel es un tal René Girard, de la Universidad de Stanford, que ha propuesto una teoría del comportamiento humano llamada deseo mimético. Girard considera que las personas son básicamente como ovejas y copian a otra sin mucha reflexión. La teoría también parecería haber sido demostrada correcta en el caso de los mundos virtuales de Thiel: el objeto deseado es irrelevante; todo lo que se necesita saber es que los seres humanos tenderán a moverse en rebaño. De ahi las burbujas financieras. De ahí la enorme popularidad de Facebook. Girard es un asiduo a las veladas intelectuales de Thiel. Lo que no escucharán en la filosofía de Thiel, por cierto, anticuados conceptos del mundo real como arte, belleza, amor, placer o verdad.

Internet es inmensamente atractiva para los neoconservadores como Thiel, porque les promete cierto tipo de libertad en las relaciones humanas y en los negocios, libertad ante la molestia de las leyes, las fronteras nacionales y cosas por el estilo. Internet abre un mundo de libre comercio y expansión del laissez faire. Thiel también parece aprobar los paraísos fiscales en el exterior y dice que el 40% de la riqueza mundial reside en lugares como Vanuatu, las Islas Caimán, Mónaco y los Barbados. Creo que es justo decir que Thiel, como Rupert Murdoch, está en contra de los impuestos. También le gusta la globalización de la cultura digital porque dificulta más los ataques contra el enseñoreamiento bancario: “No puede haber revolución obrera que asuma el control del banco, si éste está en Vanuatu”, dice.

Si la vida en el pasado era desagradable, brutal y corta, en el futuro Thiel quiere hacerla mucho más larga, y a este fin ha invertido también en una empresa que está explorando las tecnologías de prolongación de la vida. Ha comprometido 3,5 millones de libras con un gerontólogo de Cambridge llamado Autrey de Grey que está buscando la llave de la inmortalidad. Thiel está también en el consejo asesor de una cosa llamada Singularity Institute for Artificial Intelligence. Desde su fantástica página web, lo siguiente: “Singularity es la creación tecnológica de inteligencia más rápida que la humana. Hay diversas tecnologías que van en esa dirección […]: Inteligencia Artificial […], interfaces directas cerebro-computadores […], ingeniería genética […], diferentes tecnologías que, si llegan al umbral de sofistificación, nos permitirían crear una inteligencia más rápida que la humana”.

Así, por confesión propia, Thiel está intentando destruir el mundo real, que él llama "naturaleza", e instalar en su lugar un mundo virtual. Es en este contexto donde debemos ver el auge de Facebook. Facebook es un experimento de manipulación global deliberado y Thiel es un joven brillante en el panteón neoconservador, aficionado a fantasías excéntricas y tecnoutópicas. No es alguien al que quiera ayudar a hacerse rico.

El tercer miembro del consejo de Facebook es Jim Breyer. Es socio de la firma de capital de riesgo Accel Partners, que invirtió 12,7 millones de dólares en Facebook en abril de 2005. Miembro también del consejo de gigantes estadounidenses como Wal-Mart, de reconocida trayectoria de abusos laborales, y Marvel Entertainment. Además fue presidente de la Asociación Nacional de Capital de Riesgo (NVCA). Esta es la gente que realmente hace que sucedan cosas en America, porque invierten en nuevos talentos jóvenes , los Zuckerberg y gente parecida. La más reciente ampliación de capital de Facebook fue dirigida por una compañía llamada Greylock Venture Capital, que invirtió la suma de 27,5 millones de dólares. Uno de los principales socios de Greylock se llama Cox, otro ex presidente de la NVCA, que también está en el consejo de In-Q-Tel. ¿Qué es In-Q-Tel? Bueno, créanlo o no (y compruebe su sitio en la red), es el ala de capital de riesgo de la CIA. Después del 11-S, la comunidad de servicios de inteligencia de EEUU, se excitó tanto con las posibilidades de nueva tecnología e innovaciones que se estaban realizando en el sector privado, que en 1999 estableció su propio fondo de capital de riesgo, In-Q-Tel, que “identifica a y se asocia con compañías que desarrollan tecnologías de vanguardia para ayudar a entregas esas soluciones a la Agencia Central de Inteligencia y a la Comunidad de Inteligencia (IC) de EE.UU. para impulsar sus misiones”.

El departamento de defensa de EE.UU. y la CIA aman la tecnología porque facilita el espionaje. “Tenemos que encontrar nuevas maneras de disuadir a nuevos adversarios,” dijo el secretario de defensa Donald Rumsfeld en 2003. “Tenemos que dar el salto a la era de la información, que es el fundamento crítico de nuestros esfuerzos de transformación.”, añadió. El primer presidente de In-Q-Tel fue Gilman Louie, quien sirvió en el consejo de la NVCA con Breyer. Otro personaje clave en el equipo de In-Q-Tel es Anita K Jones, ex directora de investigación y diseño de la defensa para el departamento de defensa de EE.UU. y – con Breyer – miembro del consejo de BBN Technologies. Cuando abandonó el departamento de defensa de EE.UU., el senador Chuck Robb le rindió el siguiente homenaje: “Ella juntó las comunidades de la tecnología y de la operación militares para diseñar planes detallados para sustentar la dominación de EE.UU. en el campo de batalla en el próximo siglo.”

Stars and stripes

Ahora bien, aunque no se acepte la idea de que Facebook sea una especie de extensión del programa imperialista estadounidense cruzado con un instrumento masivo de recolección de información, no hay modo de negar que, como negocio, es puro mega-genio. Algunos nerds de la red han sugerido que su valoración de 15.000 millones de dólares es excesiva, pero puedo arguir que en, si es algo, es demasiado modesta. Su escala realmente provoca vértigo, y su potencial de crecimiento es virtualmente ilimitado. “Queremos que todos puedan utilizar Facebook,” dice la voz impersonal de Gran Hermano en el sitio web. Apuesto que lo hacen. Es el enorme potencial de Facebook lo que condujo a Microsoft a comprar un 1,6% por 240 millones de dólares. Un rumor reciente dice que el inversionista asiático Lee Ka-Shing, de quien se dice que es el noveno hombre más rico del mundo, ha comprado un 0,4% de Facebook por 60 millones de dólares.

Los creadores del sitio no necesitan hacer muchas trampas con la programación. En general, les basta con cruzarse de brazos y ver cómo millones de adictos a Facebook transmiten voluntariamente sus datos personales, fotografías y listas de sus objetos de consumo favoritos. Una vez que ha recibido esta amplia base de datos, Facebook no hace más que revender la información a anunciantes o, como apunta Zuckerberg en una nota reciente en un blog, “intentar ayudar a la gente a que comparta información con sus amigos sobre lo que hacen en la web”. Y, efectivamente, esto es precisamente lo que está sucediendo. El pasado 6 de noviembre, Facebook anunció que 12 marcas mundiales han subido en la tabla. Incluyen a Coca-Cola, Blockbuster, Verizon, Sony Pictures y Condé Nast. Entrenados todos ellos en la basura mercadotécnica del mayor nivel, sus representantes hacen exitantes comentarios como los de las siguientes líneas:

“Con Facebook Ads, nuestras marcas pueden convertirse en parte de la manera en que los usuarios se comunican e interactúan en Facebook”, dijo Carol Kruse, vicepresidenta de Marketing Interactivo Global de Coca-Cola Company.

“Lo vemos como una forma innovadora de cultivar relaciones con millones de usuarios de Facebook permitiéndoles interactuar con Blockbuster de manera conveniente, relevante y entretenida”, según Jim Keyes, presidente y director ejecutivo de Blockbuster. “Esto va más allá de crear impresiones publicitarias. Esto atañe tanto a la participación de Blockbuster en la comunidad del consumidor que, a cambio, los consumidores se sienten motivados a compartir los beneficios de nuestra marca con sus amistades.”

"Compartir" es en el idioma de Facebook "anunciar". Incríbase en Facebook y se convertirá en un aviso andante y hablante de Blockbuster o Coca-Cola, ensalzando las virtudes de esas marcas a sus amigos. Estamos viendo la cosificación de las relaciones humanas, la extracción de valor capitalista desde las amistades.

Ahora, en comparación con Facebook, los diarios, por ejemplo, empiezan a parecer deseperadamente obsoletos como modelo de negocio. Un diario vende espacio publicitario a las empresas intentando que éstas vendan sus productos a los lectores. Pero el sistema es mucho menos refinado que el de Facebook por dos razones. La primera es porque los diarios tienen que afrontar el fastidioso gasto de pagar a periodistas que proporcionen el contenido. Facebook obtiene su contenido gratis. La segunda es que Facebook puede dirigir la publicidad con mucha mayor precisión que un diario. Diga en Facebook que su película favorita es This Is Spinal Tap y cuando se lance el tráiler de Spinal Tap puede estar seguro de que le enviarán publicidad.

Mark Zuckerberg, founder of Facebook

Facebook founder Mark Zuckerberg (Photo: Paul Sakuma/AP)

Es cierto que Facebook se ha metido en un lío con su programa publicitario Beacon. Se notificaba a los usuarios que una de sus amistades había realizado una compra en una determinada tienda online; 46.000 usuarios sintieron que este nivel de propaganda era intrusivo y firmaron una petición llamada ¡Facebook, dejen de invadir mi privacidad! Zuckerberg se disculpó en su blog. Ha escrito que ahora han cambiado el sistema de “opt out” por el de “opt in”. Pero sospecho que esta pequeña rebelión contra esta implacable cosificación se olvidará pronto. Al fin y al cabo, hubo una protesta nacional del movimiento por las libertades civiles cuando se debatió la idea de una fuerza policial en el Reino Unido a mediados del siglo XIX. Además, ¿acaso han leído realmente los usuarios de Facebook su política de privacidad? Se les dice que no tienen mucha. Facebook pretende ser libertad, pero ¿no se asemeja más realmente a un régimen virtual casi totalitario motivado ideológicamente con una población que pronto sobrepasará a la del Reino Unido? Thiel y compañía se han creado su propio país, un país de consumidores.

Ahora pueden ustedes, como Thiel y otros nuevos maestros del ciberuniverso, considerar este experimento social tremendamente excitante. Aquí está, por fin,la Iluminación, el estado largamente anhelado por los puritanos del siglo XVII que zarparon hacia Norteamérica, un mundo en que todo el mundo es libre de expresarse como le plazca, de a cuerdo a lo que uno vea.

Las fronteras nacionales son cosa del pasado y todo el mundo brinca en un despreocupado espacio virtual. La naturaleza ha sido conquistada por la infinita ingenuidad del ser humano. Sí, ustedes pueden decidir enviar a Thiel, genial inversor, todo tu dinero y, ciertamente, esperarás impacientemente la flotación pública del imparable Facebook.

O también puede reflexionar que no quiere ser parte de este programa financiado fuertemente para crear una árida república global, donde tu mismo y tus relaciones con tus amistades son convertidas en valores en venta para gigantes marcas globales. Puedes decidir no querer ser parte de esta subasta del mundo.

Por mi parte, me voy a retirar de todo esto, permaneciendo tan desenchufado como me sea posible, y utilizaré el tiempo ahorrado, no en conectarme a Facebook, sino en hacer algo útil, como leer libros. ¿Por qué querría perder mi tiempo en Facebook cuando tengo todavía por leer el Endymion de Keats y cuando hay semillas que plantar en mi jardín? No quiero retirarme de la naturaleza, quiero reconectarme a ella. ¡Maldito aire acondicionado! Y, si quiero conectarme con la gente a mi alrededor, recuperaré una vieja pieza de tecnología. Es gratis, es fácil y proporciona una experiencia individual única en compartir información: se le llama hablar.

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